Su hermano le dice que prefiere probarse la ropa en probadores distintos, asintiendo con la cabeza un poco desilusionado, habría querido ver el cuerpo de éste mientras se cambiaba de ropa, aunque de todas formas aquella noche podría recrearse mucho con el cuerpo de éste, a fin de cuentas, cuando ambos acudieran a ese hotel cuya habitación ya tenía reservada. Entonces es éste el primero que entra a probarse ropa, sonriendo todo el tiempo mientras le veía con los diferentes atuendos, a ese hombre todo parecía quedarle maravillosamente, tenía un cuerpo y una belleza endiablados. Finalmente acaba con varias prendas de ropa que comprar, y es su turno para entrar a probarse las ropas elegidas, saliendo con cada prenda para que su hermano diera el veredicto. Finalmente también todo le quedaba muy bien y ambos pasaron por caja para comprarlo todo, saliendo juntos de la tienda con aquellas prendas.
Pasaron el tiempo de ese modo, juntos, hasta que llegó la hora de ir al cine, acudiendo sonrientes y sintiendo que nunca se lo había pasado mejor en toda su vida que en ese momento. Compraron las entradas y se sentaron en sus asientos correspondientes, siendo por el final de la sala, dejando las compras en el suelo y levantándose un momento del asiento para comprar palomitas para ambos. -Así mejor, ¿verdad?- dijo volviendo a sentarse a su lado con las palomitas, mirando al mayor y acercándose a besar suavemente sus labios antes de que se apagaran las luces y empezaran los trailers, dándole un beso suave en la mejilla y mirando la pantalla. Aunque sinceramente, estaba nervioso por aquella noche, demasiado, lo que iba a pasar aquella noche entre ellos, o eso esperaba, le ponía nervioso. Aunque cuando empezó la película le puso un poco más de atención, mirando de vez en cuando al mayor en la oscuridad.