Título en movimiento I will love you forever

viernes, 16 de agosto de 2013

Se sentía demasiado compungido, sentía mil emociones abordárdole, inundando su pecho por completo, haciéndole sentir aquella presión que llegaba directamente a su corazón, haciéndolo latir violentamente, o así lo consideraba él mismo. Las lágrimas brotaban de sus ojos y no podía evitarlo, era raro, no lloraba desde pequeño, pero en cierto momento se obcecó en su venganza, reprimiendo todo tipo de emoción que hubiera podido albergar en su pecho, tragando saliva y cerrando los ojos, tratando de no sollozar, no deseaba que su hermano se diera cuenta de que estaba llorando. Abre los ojos y ve como éste había levantado los brazos hacia él, acercándose un poco para que pudiera tocar su rostro, y entonces le vio tan cerca cuando éste le acercó a su cuerpo, y en ese momento sintió que su corazón le latía de un modo demasiado intenso, ruborizándose ante la cercanía del hermoso rostro de su hermano, notando su aliento sobre los suyos, fijándose en aquellos labios y asaltándole el impulso de acortar aquella pequeña distancia que había entre ellos para lograr rozarlo con los propios.

Se dio cuenta de sus pensamientos cuando éste se disculpó con él, notando las caricias en sus mejillas y su cabello, ruborizándose de forma brusca y apartándose inmediatamente de éste al darse cuenta de que lo que acababa de pensar no era en absolutamente normal. ¿Acababa de pasársele por la cabeza besar a su propio hermano en los labios? Se sintió confuso y abrumado ante aquello, temblando y negando con la cabeza, mirando a éste y dándose cuenta de que no fue un simple pensamiento sin más, de que mientras volvía a ver al mayor volvía a tener aquellos extraños y confusos deseos de acercarse, de poder sentir su cuerpo, su aliento, sus caricias, y sobre todo sus labios. Era increíble, había conocido a chicas y chicas en su vida que se le habían insinuado y por ninguno de ellos albergó un solo deseo de ningún tipo, siquiera por un beso siquiera, y ahora, de pronto, ante su propio hermano se encontraba siendo preso de semejantes anhelos.

-N-no te disculpes- murmuró negando para sí, tratando de alejar aquellos pensamientos de su mente, ¿estaba volviéndose loco? Aquello era completamente inmoral por su parte, ¿qué pensaría éste de él si supiera lo que pensaba? -Yo soy el que tendría que disculparse... nunca debí haber pensado que tú... podrías haber hecho algo así- susurró en voz baja, mirándole otra vez y alargando la mano para agarrar la de éste de forma suave. -Lo siento... pero jamás te dejaré... a menos que tú no quieras tenerme cerca, seguiré a tu lado- dijo firmemente, pasándose una manga por los ojos para secarse las lágrimas.

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