Título en movimiento I will love you forever

viernes, 16 de agosto de 2013

Se quedó junto a su hermano, de hecho le dejaron quedarse en aquella habitación que por suerte contaba con dos camas para que se pudiera quedar con su hermano. Entre tanto la policía volvió eximiendo a Itachi de toda culpa y brindándole disculpas por todo lo ocurrido, aunque ahí no importaba lo que hubiera pensado la policía, sino lo que había pensado él mismo durante tantos años, creyendo culpable a su hermano, ansiando asesinarle y vengarse. Se preguntaba como se había sentido Itachi entonces, cuanto debería haber sufrido él también, sobre todo si se sentía culpable de lo que había pasado. ¿Pero que iba a saber él? Cuando llegó a casa y vio a sus padres muertos Itachi se confesó culpable, no tenía modo de saber que no era verdad, que su hermano estaba mintiendo a la hora de confesar algo tan horrible como aquello, de hecho, ahora que lo sabía tampoco tenía ni idea de porqué hizo algo tan absurdo, ¿merecía la pena tantos años de soledad? ¿De huir de la justicia? ¿De saber que su propio hermano menor quería matarle? Aunque era algo que buscó, creyendo al parecer que era lo que necesitaba, menudo idiota había sido al creer algo como eso, cuanto tiempo habían perdido, lejos el uno del otro.

El médico también se acercó y le explicó lo poco que sabían de la enfermedad de éste y que necesitaba que le hicieran pruebas, pero que necesitaban su consentimiento firmado. No dudó, sabía que si no hacían nada este iba a morir, y no pensaba quedarse de brazos cruzados viendo como lo único que le quedaba en la vida desaparecía, ni hablar. Le preocupaba, pero era mejor someterle a las pruebas necesarias si eso podía significar ponerse mejor, por lo que firmó aquellos documentos.

De este modo pasaron un par de días, y no se despegaba prácticamente del lado de éste, le veía ahí en la cama, tan tranquilo, parecía dormir más que estar en coma. Se sentó a su lado luego de despertar de madrugada y se acercó, sentándose a su lado en una silla y atreviéndose a tomar su mano, ¿era normal que estuviera tan frío? Lo monitores era lo que le confirmaban que estaba vivo, y tragó saliva viéndolo, notando como sus ojos se humedecían con sus lágrimas. -Fuiste un idiota... un verdadero idiota, y yo también lo fui por creerte- susurró en voz baja y la voz un poco quebrada, atreviéndose a tomar la mano de ésta, estrechándola suavemente y apoyando la cabeza en la cama tembloroso. -Despierta... Si te vas de mi lado iré a por ti para golpearte, créeme...- dijo en voz baja, con la voz mucho más quebrada por el llanto.

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