Título en movimiento I will love you forever

domingo, 18 de agosto de 2013

Le oye aceptar aquellas disculpas, pero algo en sus palabras y tono de voz le hacen alzar una ceja, ¿había dicho en algún momento que el mayor hubiera hecho mal? Porque éste inmediatamente dijo haber hecho mal al respecto, ¿acaso significaba aquello que se había arrepentido de lo sucedido? Tal vez el mayor se dejó llevar por el instinto o la necesidad y le había tocado sin ser demasiado consciente de lo que estaba haciendo y con quien, puede que al oírle hablar hubiera vuelto a la realidad y se hubiera percatado de lo que estaba haciendo. Seguramente ahora veía de forma repugnante lo que acababa de suceder entre ellos, entre sus cuerpos desnudos y sus labios. Ese pensamiento le hizo sentir bastante mal, si hubiera sabido aquello tal vez habría seguido adelante, aunque se había sentido asustado, era virgen y su primera vez no quería que fuera en una ducha, aunque si que deseaba de toda corazón que su primera vez fuera con Itachi, ¿acaso no era lo más maravilloso que la primera vez fuera con la persona a la que más se amaba? Pero se asustó, notó la dureza de Itachi y la notó grande, la verdad es que prefería que las cosas fueran más calmadas, además de que pensó que al estar recién despierto del coma a lo mejor no pensaba con claridad, y al parecer aquello era lo que había sucedido.

Aunque las palabras que le dijo no fueron de que no deseara aquello, ¿no? Sino de que no quería que sucediera en ese lugar, además, ¿quien sabía cuando aparecería el doctor o alguna enfermera? En todo caso, roto de dolor, se duchó, viendo como el mayor se daba tanta prisa en acabar, ¿le daba asco tenerle cerca ahora? ¿Pensaba que iba a hacerle algo? Le vio irse cuando se puso la ropa que le preparó y se quedó más tiempo bajo la ducha, llorando silenciosamente y amargo, hasta que concluyó que debía acabar, saliendo vestido y seco del baño y viendo a una enfermera peinar a su hermano, frunciendo el ceño y acercándose para cogerle el cepillo. -Puedo ocuparme yo...- dijo mirándola con una frialdad que hizo asustarse a la pobre muchacha, la cual casi salió corriendo de la habitación, quedándose ahora él cepillando con suavidad la larga melena de su hermano. -Me encanta tu cabello...- susurró en voz baja mientras le peinaba, deteniéndose para acariciárselo con suavidad. 

En ese momento la puerta se abrió y entró el doctor, quien con una sonrisa les dijo que ya podían irse, aunque como rutina Itachi debía salir de allí en silla de ruedas, solo afuera, luego tomarían un taxi, y de ese modo lo hicieron, llevando él mismo la silla de ruedas y mirando asesinamente a toda fémina que deseara acercarse a su hermano, con el único pensamiento de "él es mío". Una vez en el taxi dio la dirección de su antigua casa, la que dejaron abandonada hacía tantos años, dispuesto a reanudar una nueva vida en ese lugar. -Espero que te parezca bien vivir allí, sino siempre podemos buscarnos otro sitio- comentó en voz baja, desde el asiento detrás, mirándole y suspirando al verle tan arrebatador, tomando su mano impulsivamente y apoyando la frente sobre su hombre, cerrando los ojos. -Te amo...- susurró en voz muy baja, leve, sintiendo tan incontrolables sus sentimientos en esos momentos que no fue capaz de callárselo, aunque la culpa era del mayor, por tocarle de ese modo en la ducha, por muy inconsciente que lo hubiera hecho.

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