- Dios Sasuke, si supieras cuánto poder tienen tales palabras en mí sabrías cuánto me está costando contenerme en este instante. - Le estreché entre mis brazos sintiendo que mis fuerzas de contención flaqueaban descomunalmente y aferrándome con ansias a sus siguiente spalabras al decir que juntos lo lograríamos.
- Gracias a ti ototo, por todo lo que haces por mí. - Volví a colocar mi frente sobre la suya asintiendo ante su petición de que no me agobiase.
- A tu lado solamente puedo ser feliz. - Expresé abiertamente mientras tomaba su mano con la que me acariciaba para llevarla a mis labios y besárla.
A los pocos minutos ya nos encontrabamos en el cuarto. Estaba consiente de la situación y de la preocupación de Sasuke ante el asunto de no tener ropa y quise tranquilizarlo.
- Nada de eso importa. No debes preocuparte por mí Sasuke, yo no puedo ver, de modo que quédate tranquilo y no te apenes ante mí. - Tras decirle estas palabras me quité todo salvo el boxer negro brindándole apoyo mientras le imaginaba hacer lo mismo sin poder evitar pensar en cuánto deseaba poderle ver.
- Tranquilo Sasuke, ya me he encargado. - Intentaba ser independiente en la medida posible, además, sabía que no necesitaba de ninguna excusa para poder estar con Sasuke del modo en que quería y eso era lo mejor.
- Vamos a dormir. - Extendí mi mano para que me guiase a la cama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario