Título en movimiento I will love you forever

domingo, 18 de agosto de 2013

Cuando inicié mi acercamiento a Sasuke le escuché pronunciar mi nombre sorprendido y quedándose estático pensé que probablemente estaba asustado e incluso que su lástima por mí debido a mi ceguera le impedían reaccionar debidamente. Pero antes de que pudiera pensar en nada más sentí sus labios rozando los míos seguido de sus brazos rodearme y sus manos acariciar mi cabello con tal  sensualidad temblorosa que me embriagaba. Entonces su respuesta a mis palabras me hicieron llorar bajo la regadera, donde mis lágrimas eran camuflajeadas por la lluvia que nos mojába y le hacía entremezclar con el agua.

Cuánto te amo, Sasuke. 

Era mi más fuerte pensamiento entre todos. Y ya fuera una equivocación, lástima o si luego se arrepentía, simplemente mi cuerpo ya no puede mantenerse al márgen de lo que le pide a gritos este junto con mi corazón.

Atrapé sus labios suavemente y busqué su lengua de inmediato en un suave pero intenso contecto cargado de deseo, pasión e incluso chispas de electricidad por como se sentía. Sí, si pudiera describir cuán intenso Sasuke me provoca y me hace sentir sería comparable a la electricidad pura, a los relámpagos mismos, así es Sasuke de intenso para mí.

 Mi mano en sus caderas buscaba estrechále apegándole más a mí para que de ese modo pudiera sentirme y yo a él con intensidad. Entonces comprobé que Sasuke también estaba duro y que no lo había solamente querido imaginar, era tan real como la sensualidad con la que se sienten nuestros miembros en este instante. De modo que saberlo me incitó a tomarle del cabello con algo más de fuerza, metiendo mis dedos por éste y acariciándolos de forma deseosa mientras mi lengua jugueteaba entre sus labios, con su lengua dentro y fuera de su boca sintiendome cada vez más excitado.

No me importaba no poder verlo, después que pudiera sentirlo así, sentir su corazón latiendo tan cerca del mío, sus trémulos labios ardientes, su húmedo y tan cálido cuerpo, su lengua, su respiración, su saliva, su sexo... me sentía mucho más afortunado y agradecido de tener la capacidad de poderle tocar, besar y amar de esta manera. Era lo mejor que me podría pasar en la vida y no había nada que desease más que esto, pues lo deseaba más que a mi propia vista e incluso mucho más que a mi propia vida.

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