Título en movimiento I will love you forever

lunes, 19 de agosto de 2013

Asintió con la cabeza, le gustaba al menos ver que comiendo de aquella manera se sentía cómodo. Se puso a pensar entonces que deberían comer para que no fuera demasiado engorroso para Itachi, la verdad es que no le importaba darle de comer cuando hiciera falta, pero conociendo a éste no estaba seguro de que aquello le gustara demasiado. Ya pensaría en aquellas cosas, le consultaría también, aunque si se decantaba por cosas simples por no molestarle no pensaba hacerle caso, pues lo que deseaba era cuidarle, intentar que fuera feliz, que su ceguera no le fuera demasiado dura, aunque sabía que lo era. Se preguntó que pasaría si él se quedara ciego, sin duda lo que más lamentaría sería no poder ver más el rostro de su hermano, su sonrisa, su cuerpo, todo él. Y también el no poder ser independiente, o molestar a su hermano... ¿Sentiría Itachi que le molestaba o podría molestarle? No deseaba que lo creyera, no era así, vale que no iba a ser sencillo, pero no era algo que le molestaba, él se quedaba con gusto a su lado, ayudándolo en todo lo que hiciera falta. Le amaba incondicionalmente, ¿era difícil de entender aquello?

Cuando le dijo lo de la habitación temía haberse pasado de la ralla, aunque no había porqué, incluso si se daba cuenta de que simplemente deseaba dormir con él, porque a fin de cuentas se amaban, ¿no? Ambos se habían tocado y besado de manera indecorosa, y se habían confesado palabras de amor nada fraternales, así que no creía que estuviera de más tampoco aquella petición por su parte. 


Cuando éste contestó esbozó una enorme sonrisa con sus mejillas rojizas, sintiéndose abrumado y feliz de oírle decir esas cosas. -Entonces esta misma noche dormiremos juntos, suerte que las sábanas están limpias, y hay guardadas, por lo que incluso puedo coger otras- dijo bastante animado. De ese modo acabaron de comer, poniéndose en pie. -Espera, voy a tirar todo, la suerte es que no hay que lavar ningún plato ahora- dijo llevándoselo todo a la cocina y metiendo la basura en un cubo, volviendo deprisa con su hermano sin querer dejarlo mucho rato, o sin querer tenerle lejos mucho tiempo. -Bueno...- se sentó a su lado y miró la hora. -Es pronto para ir a dormir, ¿no? ¿Tienes sueño?- preguntó mirándole y sintiéndose embelesado ante su perfección, porque lo era, era perfecto. Era un chico alto, apuesto, fuerte, masculino, hermoso, sexy, irresistible. Enrojeció pensando todas aquellas cosas y tomó su mano, besando su mejilla lentamente. -¿Quieres besarme?- preguntó en voz baja.

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