Al fin podía ver, al fin podía disfrutar de la luz, de los colores, las formas y lo único que me importaba ver, Sasuke. Fui tan feliz ante tal logro, que cuando Sasuke me miraba era ya consiente del modo en que lo hacía. sus ojos me recorrían llenos de amor y deseo y me alegraba tanto poder disfrutar de tal visión. Entonces me percaté de que al principio Sasuke parecía tan embelesado mirándome de aquella forma que pareció no haberse percatado de inmediato de mi pronta y sorpresiva recuperación. Se vió tan sorprendido al parecer captarlo y lueog tan ilusionado como emocionado. Mi hermanito me estaba sonriéndo y era una preciosa sonrisa, como todo él.
- Hai, puedo verte - Le sonreí sintiendo una inmensa felicidad, pues había sido el modo perfecto para levantarme.
- Con que ese es el modo en el que ahora me miras. - Respondí a su pregunta de esa manera reafirmando mi respuesta anterior, dejándole saber que no era solamente un deseo o fuerte ilusión, si no muy real.
- Ya no tendrás que pasar trabajos conmigo ototo, y yo me encargaré de ti como es debido. - Aunque dije eso porque me sentía mal de cargar sus hombros con el peso de mi ciudado y vigilancia, la verdad era que me había gustado ser atendido así, tan especialmente por Sasuke, y que también había comenzado a imaginarlo actuando como mi lindo esposo que me cuidaba tan amorosamente. Pero simplemente acaricié y desordené un poco sus cabellos pro su frente flequillo sintiéndome extremadamente agradecido por todo lo que tenía ahora. Era como un milagro ajeno a ninguna religión y era perfecto.
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