Título en movimiento I will love you forever

martes, 30 de julio de 2013

Lo que pasó a continuación era algo que realmente era de esperar que sucediera, a fin de cuentas era un niño de trece años frente a un chico de dieciocho años, un hombre ya, alguien que había tenido la sangre fría de acabar con la vida de sus propios padres, alguien indudablemente más fuerte y que en aquellos años seguro que se había entrenado y ejercito preparándose para no ser jamás capturado por la policía. ¿Y él? Cierto que trataba de estar en forma y fortalecerse, pero era muy difícil estando en ese orfanato, impedía que expandiera sus posibilidades, y de ese modo habían acabado de aquella manera, una que era muy poco favorable para él. Cuando estuvo lo suficientemente cerca el mayor le cogió de la muñeca y se la retorció, quejándose y soltando aquel arma que quería emplear para atacarle, y ante eso le miró con rabia, con miedo y con rabia, ¿iba a matarle? Sabía que podría hacerlo perfectamente, se daba cuenta de que había sido un iluso, era evidentemente inferior a éste en fuerza y habilidades, no había anda que pudiera hacer contra alguien así, y sin duda sabía que le mataría... de hecho muchas veces se preguntaba porque no le mató aquella noche cuando le pilló frente a los cuerpos sin vida de sus padres, ¿por qué no aprovechó en ese momento para acabar con aquella molestia? Aunque ahora le acababa de dar motivos, ¿no? Había intentado matarle, lo suyo sería que acabara con él en ese mismo momento.

El mayor le empujó contra una pared cercana, cosa que le hizo aturdirse bastante debido al impacto contra ella, cerró un momento los ojos y los abrió para verle acercarse, pensando que ante todo debía luchar, no dejarse matar sin más, defenderse... se preguntaba si sus padres se defendieron o si aceptaron su destino a manos de su hijo, ¿qué pasó? Realmente no sabía si quería saber, pero no iba a preguntarle a aquella persona. Apretó los puños, pero aunque éste se acercó más y le agarró del cuello no pudo reaccionar y simplemente golpearle, estaba asustado, no sabía como vencerle, porque no estaba preparado físicamente para ello, ¿y mentalmente? Sus palabras le provocaron un severo impacto, eso de que era débil, que carecía de odio, ¿carecía de odio? No, Itachi mató a sus padres, él le falló, y era algo imperdonable y que debía pagar, ¿pero y entonces por qué no hacía nada ahora? Se estremeció por sus palabras, y se quedó con la espalda pegada a la pared cuando éste le soltó y se alejó, levantando las manos y mirándoselas. -Cuando nos volvamos a encontrar estaré preparado... lo juro- dijo pese a que el mayor ya se había ido, apretando seguidamente los puños, con una mirada decidida.

Aquel día tomo la decisión de no volver al orfanato, allí no conseguiría hacerse fuerte para lograr acabar con Itachi, debía andar su camino, aprender a luchar y defenderse de verdad, a hacer que lo aquel día no volviera a repetirse, y que Itachi no le volviera a humillar no se volviera a escapar, la próxima vez acabaría con su vida, y nada ni nadie podría hacer nada por evitarlo.


Y así... pasaron los años.

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