Escucho que ante la insistencia de la enfermera mi hermano se molesta e incluso la reprende. Me sentí feliz del modo en que le hablaba y murmuraba lleno de molestia para con ella. Deseaba imaginarlo en mi mente como un ataque de celos como cuando eramos chicos, pues siempre me celó. Solo que esos celos que eran tan inocentes hacia un hermano yo siempre los disfruté dulcemente como los de mi pequeño enamorado, aunque no lo fuese. Pero ahora estaba ciego y no podía ver la realidad de la verdadera cara que mi hemrano hubiese puesto y podía incluso imaginarlo sonrojado. Sí que soy tonto. Pero ante su siguiente pregunta y palabras me sentí un tonto feliz y afortunado.
- Esperaré a que tengas que ducharte también, así aprovecho por si se me complica algo y no te hago pasar trabajo de más. - Mentía descaradamente. Solo era una excusa para saberle desnudo y sentirle con suerte. Estaba mal, estoy muy mal de intentar orillarle a eso sin que lo sepa. Estoy enfermo, pero de deseos y amor hacia Sasuke, mi propio hermano menor.
- También podemos esperar hasta llegar a la casa, si es que me dan de alta al final. - Dije dejando de presionarlo y habiéndome sentido culpable y mal luego.
- Tengo que sentarme, me siento algo mareado... Debe ser que al despertar mi apetito ha regresado cobrandose con violencia. - Buscaba donde apoyarme, pues me había puesto de pie con lo del asunto de la enfermera y tanteaba de donde agarrarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario